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March 16, 2012

Infidelidad

Sus ojos brillaban con un morbo incontenible, un morbo que le arrebataba el calor del cuerpo, que le secaba la boca y hacía que sus manos temblaran. Ella nunca prohibió que esculcara sus cosas, y poca razón tenía él para hacerlo; ella siempre había guardado un aire distante, pero ¿no era eso lo que hacía sus momentos de intimidad más sutiles y tentadores? Una mirada penetrante, un roce de la mano, incluso un juego de palabras que emanara de su silencio parecían la puerta hacia el tipo de intimidad que no se da gratis, sino que se gana. Esas cualidades de ella le otorgaban a él la seguridad injustificada de que jamás desearía a otra persona más que a él. Y, claro, mucho de ese morbo envolvía celosamente la tarea de proteger su vanidad; él podía desear lo que quisiera. No sólo lo hacía sino que se encargaba de presumirlo, pero ella no iba a desear a nadie más, no podía y simplemente a juicio de él, cualquier persona que momentáneamente le robara una mirada por el rabillo del ojo le era de cajón inferior.

No era el acto de la infidelidad por sí mismo, sino de sentirse un adolescente inseguro de nuevo, lo que provocaba su ansiedad. Y cuando finalmente abrió el cajón de su mesita de noche, no sólo se sintió culpable, sino que podía presentir que esta batalla la iba a perder a merced de las manos diminutas de su "amada". Tomó un fajo de cartas sin sobre ni dirección, ni nombre, ni fecha. Con una caligrafía cursiva, esmerada y elegante, palabra por palabra, iba ella dejando ver su arma; esa necesidad ahora satisfecha de llenar el  hueco que la vanidad de él había dejado a su paso. Después de esto, él lo había contemplado ya, no podría reclamarle, sería indigno dejar ver que su armadura de pedantería tenía un eslabón mal soldado, y a lo que había tenido que recurrir para demostrarlo.

"Te vi al otro lado de la sala repleta de gente, sé que me estabas observando; si fueron tus ojos claros y penetrantes los que me llamaron con gritos de deseo que intentabas ocultar detrás de tu nube de humo y amigos."

Esas primeras líneas confirmaban todos sus miedos, sintió una rabia insondable seguida de la desolación de un niño abandonado a su suerte en el departamento de carnicería del supermercado. Y, sintiendo la daga de sus palabras, decidió tomarla en sus manos y hundirla y retorcerla hasta que no quedara nada de su orgullo en pie. Siguió leyendo:


"... supe, antes de acercarme a ti, sin conocerte aún, que quedaría perdida en tu olor, podía adivinar que tus manos magras eran al tacto ásperas, pero que en ellas encontraría las caricias más dulces que hubiera sentido en mi vida. No podría arrepentirme de haber escuchado a tus ojos."

Siguió leyendo para saber todo acerca del hombre que le robaba miradas indiscretas, suspiros y gemidos a la mujer que hasta ahora había considerado suya, sí, decididamente eso: suya, prácticamente una propiedad, un objeto incapaz de pertenecer a alguien más que a él. Ojos claros, cabello negro, brillante y ondulado, barba cerrada, naríz griega y una cantidad inmensa de otras cualidades descritas escandalosamente por un tipo de letra que insinuaba recato y elegancia. Era insoportable, una carta tras otra, con ortografía impecable, en hojas blancas, a tinta negra y en ninguna la dirección ni la fecha, ni el nombre completo del bastardo. Únicamente y casi dibujada, una G mayúscula.  ¿Gabriel? ¿Gerardo? ¿Joel? - No, idiota- Espetó, - Joel es con jota.- Y continuó buscando un manchón, una falta de ortografía que hiciera que las cartas se hubieran quedado guardadas, o algún dato del fulano que sin saberlo le había ultrajado. 

Desprovisto de cualquier pista y con el tiempo pisando sus talones se disponía a guardar la correspondencia que sin asomo de culpa guardaba ella a plena vista, encima de las chucherías que había olvidado ahí. El orden de las cartas, la liga y... Sintió una mirada pesada detrás de él. -No es real.- Dijo ella con un dejo de frialdad y despreocupación. Como si esperara ya que él las viera, quizá incluso extrañada de que se hubiera tardado tanto, que el ensayo de su única línea fuera a ser en vano. -Pero no significa que no lo desees.- Replicó decididamente en forma de queja. El silencio sepulcral de ella insinuaba tanto, que él ya no sabía si eran proyecciones de la culpa hacia sí mismo o en realidad esa pausa era realmente el siguiente monólogo: -Sabías que toda tu amaestrada galantería tenía fecha de caducidad en el momento en el que me tomaste por un objeto y mostraste lo frívolo que eres en realidad. No entiendo de qué te quejas, si acaso yo soy al menos discreta y decido escribirlo en privado que gritarlo al ver a la primer gata que pasa. Si eres o no infiel es lo que menos me preocupa, me tienes por un objeto inmune a tus vulgaridades. ¿De qué te quejas? Matas el deseo que tenía por ti y esperas que no sienta ganas de sustituirlo al menos con cartas, cínico de mierda.- La respuesta que ella nunca dijo hizo hervir su sangre y sentir impulsos mortales por gritarle todas sus frustraciones, lo que tomó un esfuerzo magnánimo para controlar.

- Quiero cortar contigo. Quiero que ahora que has descubierto mi deseo hacia el ideal que busco, tengas la dignidad suficiente de no dejarme volver a saber de ti.- continuó -Tenía ganas de decirlo desde hace un tiempo, pero me ha faltado valor y por eso me disculpo, aún así, ahora que lo sabes, no quiero que vivas de la misma forma que me he obligado a tolerarte.- La respuesta que sí dijo lo desarmó por lo certera, honesta y real que era. Dejó las cartas sobre la mesita y sin saber qué responder salió, cerrando mustiamente la puerta de su casa detrás de él.


May 27, 2011

Un Día Hace Muchos Años

Estaba viendo Girl, Interrupted? Creo que no, se que era una de Winona Ryder, pero no era esa. Era una en la que le vendían a alguien un programa para MTV estilo reality show y salía Keanu Reeves siendo uno de esos oficinistas idiotas ramplones. No tenía mucho que había llegado a mi casa. Estaba felíz como hacía mucho que no estaba. Tu presencia me daba mucha tranquilidad, pero sobre todo, me daba confianza. Aún así esa noche en particular no te extrañaba.

Ya no recuerdo bien a bien cada detalle, en algún momento sonó mi celular, un LG anterior al Chocolate, negro, feo, chiquito, calificativos que no sólo en un celular suenan inconvenientes. Pero a mi me gustaba. No se como consiguió mi celular, el hecho de que se tomara la molestia de hacerlo y creerme lo suficientemente importante en su vida para suponer que yo podría informarlo significó mucho para mi.

Contesté. Y él con su voz grave, tranquilo pero usando el tono de que alguien había muerto derrepente, me explicó con pocos detalles que aquel había huido. Me propuse ir a buscarlo sin saber a donde, lloré a propósito porque sabía que la única manera de obtener ayuda sería haciéndole berrinche a mi mamá. Cuando la encuentro platicando en la calle, llega, guitarra al hombro y un cigarro entre los labios. Marlboro rojos, igual que yo. Impregnado de olor a lluvia y calle, con su chamarra negra de cuero.

No pude evitar sobreactuar, aprovechando los ojos medio llorosos, y lo abracé como si acabara de llegar de la guerra. Y ahí comenzaron los siete meses de mi vida que más me han costado descifrar.

Once upon a time, happily never after...
Te odio.

December 12, 2010

Pinche Diciembre

Ya van muchos pinches meses que no son buenos para mi. Todo empezó con la maldición de Septiembre de hace como dos años, luego la nostalgia de las cosas perdidas de Diciembre, también el calentamiento global y mi vejez que han consumido la alegría de disfrazarme en Octubre, Y así año con año las fechas que esperaba, ahora las odio, y los meses que me gustan ahora son los que a nadie le importan particularmente. De esos en los que nadie que conozco cumple años porque así no tengo que aguantar reclamos por mi mala memoria (o mi falta de interés), en los que no hay nada que me estrese que tenga que festejar con más gente, que son de escuela pero no de exámenes, que no son completamente soleados, pero tampoco llueve como si se fuera a acabar el mundo. Esos pinches días equis que a todo el mundo le vienen valiendo madres, esos días, los amo.

De la misma forma, por mi falta de entusiasmo por las cosas que a todos entusiasman me he quedado casi sin amigos, tal vez próximamente sin novio y por otros motivos pero en parte también por lo del entusiasmo, familia. Y sólo cuento los minutos para salir corriendo al gimnasio diario. No es porque todavía crea que voy a engordar mis piernas flacas con músculos, no me veo mejor, porque desde que voy no me veo realmente diferente, pero hay algo en hacer actividades repetitivas completamente sola, que me da seguridad de algo. No se de qué. Como que hay algo que no necesita ser celebrado, no necesita de familia, y es constante en mi vida. Si falto nadie me la arma de pedo, si estoy, no importa como huela, me vista, me vea, si derrepente se me escurre el moco de tanto correr el vato de al lado está muy en su caminadora como para darse cuenta.

Diciembre es el mes antes de mi cumpleaños. Eso me entusiasmaba, pero siempre llueve o nadie me festeja o cuando me festejan todo sale mal, aparte desde que todo el mundo está obsesionado con su pinche edad, ya me da la impresión de que debería empezar a quitarle velitas al pastel; que si ya llegaron a los 30, que si son los nuevos 20, que si fulanita es menor que yo, que si la otra es mayor pero se ve más jóven, que si soy la más ruca del salón, que si ya tenía que haber terminado la carrera y la madre. Por cierto de las pocas cosas que me dan tranquilidad de mi madre es que tiene 52, sí, cincuenta y dos, y no le da pena decirlo, no se quita las velitas del pastel ni la edad, solo las canas. Me da envidia, es curiosamente como si el tiempo no pasara por ella sólo porque no le da pena admitir que si pasa.

Hoy debería estar pensando un montón de cosas, pero estoy triste y enojada, me siento como mi perro que ya murió (otra razón por la que no me da la gana sonreir). Él sentía que todos los regaños eran injustos, especialmente cuando se meaba, y cuando le señalabas sus orines no es encabronaba, se emputaba, te veía con odio y se iba muy ofendido. Ya no se si la cagué en todo y estoy haciendo lo que mi perro, o tengo algo de razón, o sólo quiero que alguien me diga "ya, tranquila, no pasa nada". Me caga sentirme así porque es cuando me doy cuenta de que no me quedan muchos amigos que me lo digan, a mi familia medio que le viene valiendo madres y  sólo me dan la mirada condescendiente que se traduce en "pendeja", y así. Por eso mentí; no tengo planes con alguien hoy, voy al gimnasio a perderme las horas, luego voy a comer sola a algún restaurante lleno de gente. Si me alcanza el dinero me voy a meter al cine y le voy a pintar dedo desde ahí a todas las personas que me pintan dedo cuando me siento mal. Luego, cuando termine de sentirme amargada regresaré a mi casa a leer un libro y me quedaré dormida leyéndolo. Nada cambiará al día siguiente. Mi prospecto de navidad seguirá siendo pinche, seguiré sin tener ni querer amigos, probablemente el impase con mi novio se prolongue... si no se convierte en algún tipo de reconciliación empacaré todos los planes nuevamente y los dejaré en mi clóset etiquetados como "cold case" que abriré a mis cuarenta cuando tenga un montón de gatos con los nombres de mis ex novios y ex amigos y ex familia, me daré cuenta que he vivido mi vida sola pero felíz y que finalmente me reconcilié con mi odio por los gatos y que todo lo demás está sobrevaluado.

PITO SCROOGE! You got nothing on me! Tu y el Grinch son mariposas que cagan unicornios comparado con la tirria que ya me da esta navidad y mi pinche cumpleaños y los reyes magos y santa claus y el niño dios que es un fraude con su fecha de nacimiento igual que yo.


Y así esta todo por Diciembre.

February 1, 2010

Un Lúnes de No-Puente

Hoy fui a la escuela porque tenía que exponer sobre el renacimiento. Hoy, de todos los dias... pude haber estado en cualquier otro lugar haciendo cualquier otra cosa, pero ahí estaba yo en una clase a la mitad del dia, cosa que me hace sentir como que pierdo el tiempo y no puedo aprovechar ni las primeras ni posteriores horas a dicha materia. A la mierda con respetar las fechas que da el gobierno para los puentes (a lo que yo no le veo la utilidad más que la de chingar) pero sí hay que amenazar de huelga y crear dos sindicatos pederos como si uno no fuera suficiente. Pinches sistemas educativos pendejos, si no pagas por ir a vacacionar a un campus bonito con un montón de judíos adinerados, te ahorras tu dinero para aprenderte puros tecnicismos y nulificar tu voz, blah. Al final de la clase me di cuenta de que no iba a exponer y por muy interesante que fuera la cátedra de mi sudamericano profesor me había quitado el tiempo y las ganas de hacer el resto de mi tarea.

Aunque puedo decir que mi día no empezó ahí, la tortura comenzó desde las cuatro de la mañana, cuando me desperté porque había soñado que vandalizaban el centro y sus alrededores, entre ellos mi casa y el negocio de mi mamá que está abajo. Nunca había visto a mis papás tan desolados. Nunca había sentido un vacío en el estómago tan grande y angustiante como en ese momento. La casa de mi novio no se vio afectada. Y ahí comienza la magia de los sueños: creo que se generaron tres líneas de tiempo del mismo sueño. Una en la que Mau no quería ir por mi porque le quedaba muy lejos y la gasolina y... La otra es que fue o estaba conmigo pero no quería llevarse a mis papás (que tanto en el sueño como en la vida real estan irremediable e irreconciliablemente peleados) porque cómo se los iba a llevar si los odiaba tanto y yo cómo me iba a ir y dejarlos ahí. Eso me puso inmensamente triste cosa que no me pasa muy a menudo con este tema. La última era que nos ibamos en la camioneta de carga que tiene mi mamá; papá, mamá, perro, hurón e hija, con las pocas pertenencias que quedaban (me di cuenta de que si tuvieramos que empezar en otro lugar, aparte de las casas no tenemos nada de valor que vender ni mucho menos que nos pudieramos llevar para subsistir en uno de estos casos y claro que no podíamos llevar el Bora). Ninguna de las opciones me alegró, fue muy raro aunque sólo fuera en un sueño sentirme tan pequeña. Uno está muy desprotegido sin su casa. En esas estaba cuando me desperté y vi mi celular. Muy temprano para dejar la cama. Después de varias vueltas volví a soñar; esta vez era un mundo futurista... ish, en donde mi papá estaba en silla de ruedas y eramos pobres (no pobres de pedir comida en la calle, pero sí pobres como de vendedor de seguros de puerta en puerta). Mi mamá y yo íbamos al doctor a un chequeo general en donde descubrían que se nos estaba cayendo el iris. Se veía como cuando intentas arrancar una estampa con la uña, una como esquinita doblada, se veían organos raros atras o sangre o algo. El problema era que el tratamiento era carísimo y mi papá estaba todo angustiado por no tener el dinero. La cosa de mi papá es que tan grosero como pueda llegar a ser, es alguien que siempre se ha preocupado porque no tengamos carencias de ningún tipo. Vuelvo a despertar. Todavía es muy temprano así que sigo dando vueltas hasta que estoy en alguna oficina y tengo en mis manos un N900 de Nokia (por el cual muero) y lo estoy comprando pero yo creo que por todo lo que había soñado antes no me hace felíz. Abro los ojos y está mi mamá diciendome cosas como si supiera que yo estoy despierta, lo único que alcanzo a oir es "entonces vas a desayunar con nosotros?" le respondo que sí y se va. Carajo! Ya se me hizo tarde.

No se que signifique lo que soñé, se me ocurre que es el miedo que tengo a tener que elegir entre Mau y mi familia, o a quedarme sin casa o el asco que me siguen dando los ojos como órgano y las ganas omnipotentes que tengo de poseer el celular que ya mencioné. Pero luego lo superé, no puedo hacer nada con respecto a esos temores, ascos o deseos, so why worry?

No quiero saber nada de mi tarea, no tengo ganas de hacerla, me parece poca cosa e innecesaria, sin lugar a cuestionamientos ni desarrollo de la creatividad, ni siquiera como una herramienta que vaya a utilizar cuando ya trabaje. Mis pensamientos de secundaria. Por eso me di tiempo para el ocio, contrario a lo que digo en las entrevistas disfruto mucho mi ocio. Me encanta, sin algo mejor que hacer, ponerme a leer revistas, crear escenarios guajiros e historias inconclusas. Aunque no exista nada que no haya sido creado previamente.
En esa línea de pensamiento ¿Cómo logran los artistas de medio pelo ser reconocidos y sublimados? ¿Es que nos encontramos en medio oscurantismo a la plena luz de un monitor de Mac con Protools, Photoshop y sus similares? Somos buenos imitadores, reorganizadores visuales y auditivos, pero más allá o más acá no hay una inovación que nos haga saltar del asiento. ¿Será la existencia de malos inventores sumado con la apatía de un bello público que, aturdido por los medios, gusta de no asombrarse? ¿O es que en realidad mucha mucha muuucha de la música, de los comerciales o las películas no ofrecen un reto al espectador? A pesar de que somos un discurso con patas (disfrazándonos de lo que proyecte, resuma y simplifique todo lo que somos para el mejor entendimiento de quien nos vea) no somos algo nuevo. No estoy diciendo que hay que encontrar el hilo negro (dudo que exista tal) pero hay algo en las ideas que pegan, una forma de presentarlas, que son lo mismo que se ha venido masticando desde siempre, pero por algún cambio en la presentación, un buen timming, el estudio dedicado de cuando y cómo hacerle para que una idea digerida y regurgitada por generaciones vuelva a fascinar. Es muy diferente eso a la saturación indiscriminada de los medios, de las personas, que nos zombifica, nos convierte en más de lo mismo sin el punchline de la inovación.

Basta, mi tarea no se va a hacer sola.

Fotos random... después