March 25, 2010

Dealing With Loss for Dummies

A veces estas cosas pasan y no puedes hacer nada mas que aprender a vivir con ellas. Supongo que pienso eso en el fondo cuando escucho Badly Drawn Boy. Generalmente escucho sólo las canciones del soundtrack de About a Boy y me siento patética, irremediable y felízmente sola. Es como una revelación cada que me pasa, derrepente sentirme completa sólo conmigo. Pienso mucho en la película cuando escucho el soundtrack y me debato entre la idea de ser felíz completamente sola, sin necesitar del problema que dejas pasar cuando invitas a la gente a tu lugar seguro, y la idea de que aún si existe todo para sobrevivir por tu cuenta no eres felíz sino hasta que tienes un sistema de apoyo.

Ya se que al final todos en la película encuentran que la solución a sus problemas es encontrar más personas, no se si sea cierto o no, lo que sí se es que es políticamente correcto que la película termine así. ¿Pero y si no? Suena bien cursi pero la solución no creo que sean los demás en concreto o si juegas videojuegos todo el día o si estudias todo el día, si tienes ganas de hacer esto o no. Supongo que la verdadera solución es encontrar todas las respuestas de uno en uno mismo. Sí, suena cursi y no, no se de que forma ponerlo para que no sea otra frasecita trillada.

Yo tenía la película, me la dio un amigo. No recuerdo por qué. La verdad creo que significó mucho para los dos, pero en ese momento no era tan significativa para mi como lo era para él. Cuando un ciclo de nuestra relación concluyó me di cuenta a fuerza de verla y verla, intentando recordarlo a él, que la película tenía un sentido muy fuerte para mi. Descubrí a partir de ese momento lo bien que se sentía estar sola. Me refiero a sola de llegar en viernes a la casa y no tener a nadie a quien hablarle para hacer planes de salir. No sólo la falta de personas, sino la falta de necesidad que tenía de ellas era placentera.

Me llegó, de ver la película dos o tres veces al día y escuchar The Pillows religiosamente mientras llegaba a una escuela donde podía no hablarle a nadie si no quería, la experiencia de que al final yo no necesito a nadie para estar completa (sólo las ideas que vivimos son ciertas). Realmente me fue bien ese semestre en la prepa, en la escuela y en mi casa. Encontré personas que al principio eran buena compañía para pasar horas libres y ahora son amigos. And on that note (me encanta la expresión) sin buscarlo me topé con una relación que empezó bien (no, no todas empiezan así) aunque como todo, encontrara la forma de cambiar hasta destruirse. Y no lo atribuyo a las personas; a mis papás, a mis recién-conocidos, ni a la persona con la que me topé sin querer, sino a mi. Aún hoy creo que el estado nostalgico y contento en el que estaba de no buscar ni querer nada de nadie hizo que pudiera ver con la cabeza fria de ser felíz (y no con la cabeza necia de quien a huevo quiere algo aunque no este ahí) las oportunidades donde las había.

Hay momentos que marcan de por vida a cada quien. A mi por ejemplo me marcó un sueño que tuve de pequeña y que a veces aún tengo. Era un perro gigante en la alberca que teníamos en otra casa. Era de madera y movía su cabeza lentamente; un bobhead. Yo recuerdo muchos de esos pero pequeños en casa de mi abuela (la de la casa con la alberca). De la nada mi tío manejando un carro deportivo rojo, yo iba en él viendo que derrepente toda la casa estaba inundada. Cuando me asomé para hacer ondas en el agua me caí y me ahogaba. A veces despierto agitada pero una vez desperté y no podía respirar, no porque algo me obstruyera sino que me tomó un rato acordarme cómo respirar. Muchos años después de haber soñado eso vendimos la casa y como parte del pago nos dieron un Mustang rojo del año, como nota que no viene al caso. Pero ese sueño marca un sentimiento que no puedo describir, que aparece de vez en cuando y están ahora atados el uno al otro. Igual que cuando veo About a Boy y me enorgullesco de saber que puedo vivir plenamente estando completamente sola. Igual que cada que veo una hamaca o tomo un bloody mary, o pienso en mi explorer y vivo de nuevo la felicidad agridulce que ahora está atada a aquellos objetos. Quisiera poder compartir ese tipo de cosas con alguien, contigo.

Pero ese es el problema de dejar entrar a alguien, importa que esté, duele que se vaya, después de cierto tiempo es una memoria agridulce y quedan los cambios irreversibles, los sentimientos ligados a las cosas.

Tú qué sabes de amor si nunca te has cogido un gallo...?

Algo así iba... Es una de las cosas que sí se deslavan de la memoria con el tiempo, las frases sin sentido que te dicen por ahi.


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