Otro año va a terminar... el año número veintidós de mi existencia es este planeta. Ay qué cursi. Pero es cierto, ya voy a tener veintidós años y eso no es prueba de que ya no me guste jugar videojuegos. Muy al contrario, cada día me gustan más. Casualmente todas las relaciones emocionales que he tenido me han encausado de una u otra manera a que las consolas sean parte importante de mi vida. De hecho tengo una teoría, puedo dividir mis relaciones en consolas... pero eso no viene al caso. No voy a hacer un brief de toda mi vida... sino sería anything but. Quería hacer un resumencito de mi año, porque ya casi ni escribo y esto es nada más por no dejar, pero la cosa es que ha pasado DEMASIADO en un sólo año como para que el post sea breve.
Empecemos por Enero, fue el mes que me mudé al departamento con Mau. No recuerdo nada más de ese mes. Fue mi cumpleaños pero creo que uno poco memorable porque no recuerdo nada aparte de que sólo Mau festejó conmigo. Boohoo. Y bueno, casi ni nos cambiamos, pero siempre sí.
Después de eso todo es una mancha borrosa hasta septiembre. En algún momento entre el primer y el noveno mes del año resolví mis problemas con la prepa, saqué mi certificado, adoptamos un hurón que se llama Mija y adoptamos un gato que se llama Frito (Pendejou jiji), se nos cayó una pantalla de la pared, compramos otra y luego entraron al departamento y nos robaron un 360, un ps3, dos psp, una lap enorme HP, una Acer, una HP mininote y otra pantalla. Para cuando compramos OTRA pantalla era septiembre veintitantos y lo recuerdo porque al siguiente día de instalarla junto con una chunche para el baño, nos separamos.
Aún no me queda claro qué pasó por más que me repito que todo fue culpa de la presión y la inseguridad. Es que lo que realmente pasó fue que nos peleamos horrible ese día y todo por la jaula de Mija, y la siguiente escena era yo encerrada en la recámara y Mau sacando sus cosas con su amigo. Total. También me sigo repitiendo que fue para bien, aunque no siempre logro convencerme.
(Ya se que hago mucho énfasis en las cosas malas que nos pasaron, la verdad es que cuando me pongo de fisgona en el celular de Mau y veo las fotos del departamento, se que yo de alguna manera estaba bien y era felíz)
Y el día siguiente al que nos separamos yo entré por tercera vez a la universidad. Ya se que hay quienes no tienen ningún problema con no terminar una carrera, pero yo no soy una de esas personas, tampoco soy del tipo que no le afecta ser la más vieja de la generación, (aunque no es el caso juju) me afecta mucho. No fue fácil, no porque la carrera fuera difícil, no lo es, sólo que a mi no me podía importar menos. No recuerdo desvelarme para cumplir con algo más que dos veces. No me consideraba el tipo de persona que tira todo por alguien, de hecho yo me consideraba alguien más bien fría, y cada que hacía algo por estar con Mau me venían a la cabeza las cursilerías que las personas se prometen pero nunca se cumplen. Y ahí estaba yo intentando salvar la relación.
Conocí gente nueva, definitivamente no lo que tenía en mente... pero sí personas que me sacaron de algunos de mis paradigmas. De no ser por ellos de plano me hubiera rendido a la mitad del trimestre. Me emocinó mucho que realmente en el grupo no hay divisiones porque tal o cual esten peleados ni nada por el estilo. Nada fue lo que esperaba, tampoco fue más, ni fue menos, sólo fue diferente.
Y ya para finalizar el año me he peleado bestialmente con mi familia. A lo mejor ellos no lo sintieron así, lo harán cuando me salga de la casa. Sigo repitiéndome que no es mala onda, es sólo lo que es más saludable. Tal vez sí sea un poquito en mala onda, tal vez no sea lo más saludable... pero a veces me la creo también.
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