Pablo

"Para que nada nos separe, que nada nos una" leí en un feed de Facebook atribuido a Neruda, a través de mi celular mientras mi pancita detiene un teclado inalámbrico que me sirve para poner a Jenna Marbles en YouTube por la TV -¿Quién iba a decir que la famosa NAVI me iba a quedar corta?- y cayó sobre mi esa frase como un lunes.

La releí con melancolía por las personas de las que me he separado, pero no me he podido olvidar; en un lugar tan lejano ahora, tan desunidos, parece que nada nos pudiera separar más. Y aunque el mismo sufrimiento sea el consuelo, me tranquiliza saber que lo que he perdido no lo puedo perder dos veces. Luego lo pensé por aquellas personas que hubiera querido conocer y que ahora parece que los veo sólo a través de pixeles, y es la única forma que tengo para saber que no fueron producto de mi imaginación. Pero que igual, en ese imaginario y lejano mostrador de "hubieras" se encuentra intacta cierta inocencia en haber dejado unos puntos suspensivos por final. 

Determino mediocre que la misma premisa sea veneno y antídoto de una ausencia, todo ligado a un hubiera que me he condenado a buscar en otras personas, sin posibilidad de encontrarlo. Sólo pongo otro video de Jenna, y me olvido del asunto otro rato...