No teníamos nada que decir y aún así dijimos mucho. Él y yo hicimos entrega mutua de nuestros Némesis, sin saber que cada quién encontraría cómo usarlos en contra del otro. ¿Tú crees que yo quería morir contigo por verdugo? Siempre pensé que era un juego hasta que caí en cuenta; me metí de cabeza al abismo cambiando un infierno por otro.
Y vaya infierno! No eres Cerbero, me queda claro, eres el mismísimo Hades que se vende como inofensivo hasta que te has acercado lo suficiente. Ya sé que en mi mundo rosa olvido contemplar todo lo que no lo es que me llevó a esa negación. Y tal vez tú esperas que funcione conmigo el mismo monólogo que siempre te ja servido. Pero si me tiro de cabeza a un abismo recuerda que también sé quién es tu verdugo.
No comments:
Post a Comment