Alcohol

Te quiero, y es sólo unos segundos al día y no bien consecutivos que puedo decir que siento paz al recordarte. Pero no es sólo paz, como ese sentimiento completo de bienestar, sino como una nostalgia callada, abnegada y tranquila, que si le doy licencia a más, tal vez se le ocurra sofocarme. Es la falta de ti que me hace sentir incompleta a ratos pero segura.

Regresan los recuerdos, uno a uno me llaman por mi nombre y mueven en mis entrañas las emociones buenas y malas mientras veo un video de mi infancia y extraño el mundo complejo pero no tan incongruente de cuando sólo se tienen tres años. Hiciste un sueño mio realidad, y sólo puedo agradecerte desde ese rincon y en silencio, unos cuantos segundos al día.

No guardo la esperanza, porque lo que se guarda se pudre, y he tenido varias cosas pudriendose en mi garganta. Sólo quiero que sepas que unos segundos al día te echo en falta. Pero se que toda la falta no compensa las otras razones y ese callado sentimiento de nostalgia, una vez fue un animal enjaulado que me consumió por completo, extrañandote tanto teniendote más cerca.

Me siento completa ahora, me siento felíz y el resto de las horas me dedico a vivir, así, llanamente vivir y aprender. Mi reflejo en sus ojos me promete tantas cosas, que unos segundos de nostalgia no es un precio justo por tanta dicha. Estoy debiendo algo, y en su momento, mi conciecia catoliquilla preocupona me lo cobrará en alcohol. Mientras tanto...