Ayer por fin salí a comer tacos, invitada por Gus (que ya no usa su blog y odia la internet 2.0 (¿El blog también es internet 2.0?)). Comí delicioso en un local de tacos llamado El Borrego Viudo, cerca de Viaducto, por allá por el sur-sur-sur.
Pero ántes de atascarme de tacos sufrí, pasé hambre, frío y cansancio. Primero, sin haber desayunado, salímos del departamento hacia el metrobus donde encontramos al típico señor ¿Le-doy-una-moneda-por-escuchar-su-conversación?. Me da mucha risa la gente que va por la calle con su hands free hablando a todo pulmón mientras camina aunque generalmente no le presto mucha atención a lo que dicen, pero éste diminuto personaje, Feo, flaquito, petit, con gorra de camufláge, baggies y una sudadera sucia discutía con su novia. No le quedó de otra a la concurrencia del metrobus más que chutarse toda la plática: -Esque si tequiero, noo, esque me da odio cuando dices que no tequiero porque sí tequiero- Ya no sabía si me daba pena, pero Gus y yo muertos de la risa -Es que me da odio, mijijijiji- nuestras risitas disque disimuladas. Somos horribles juntos.
Entre burlas, discusiones sobre novias, ex novias y Twitter llegamos a un conjunto de mueblerías sin nombre a las que llaman Crea, en el sur, tan sur, tan sur que según los dos parecía un pueblito pintoresco. Yo encontré el comedor casi-perfecto para el depa. Color chocolate, sillas no muy estorbosas y en la única pata de la mesa puertas y cajones para guardar trastes, justo lo que necesitamos Mau y yo para el nulo espacio que tenemos.
De ahí fuimos a la plaza Carlos Slim's wannabe Neverland, o Plaza Cuicuilco a comprar la primer temporada de Big Bang Theory (SOOOOO COOL!) y agua para mi, que moría de hambre (más de cinco horas y yo sin comer!!!(/&%$#"$%&/%$#").
Total, corrimos a los tacos que tanto me había prometido si pasaba un exámen. NOOOHOHOHOHOHOOOO deliciosos, bueníiisimos, la salsa wow y lo mejor es que los tacos de pastor no sabían a pastor y tampoco llevaban piña (pero salieron de un trompo así que técnicamente sí son tacos al pastor... yo digo...).
Gus se comió 11 o 12, yo me comí entre 13 y 14, bastante parejo, pero nada que ver con los atascones de sushi que nos dábamos en secundaria.
Finalmente fuimos a comprar discos metaleros en la fea y despoblada Plaza San Cosme. A mi me parece que hicieron dos pisos de locales como de mercado para todos los ambulantes que andan empiojando las banquetas, para empezar porque tanto afuera como adentro parece haber piratería descarada sin estándares de calidad o control de algún tipo (o tal vez del narco, pero no de la policía). Pero los ambulantes siguen en la banqueta y la plaza sigue teniendo la mitad de los locales vacíos.
La verdad a mi no me molesta ni la plaza, ni el ambulantaje ahí porque a veces encuentras cosas muuuy raras, como el puesto de ropa militar, chuchas para acampar and stuff, o el señor de las playeras originales de los Beatles. Lo más curioso es que la ropa, los "discos y películas de moda" y las cosas "nice" son piratas, chafas, de eso que si pasa alguien vestido con esa ropa a tres kilómetros en un caballo a toda velocidad igual notas que es pirata.
Entre las pocas cosas originales en existencia eran los discos de metal folk nórdico que compró Gus, y las playeras del señor que no vi ayer.
Bla...
Creo que he llegado a buenos términos con el odioso gato que me maltrata y me usa; él no me muerde, yo no lo guardo en el cuarto de la TV (donde por cierto ya no hay TV). En realidad sólo lo dejo ahí hasta que se le pasa el berrinche y se queda jetonsísimo en el futón, luego abro la puerta. Para cuando se despierta sale a ronronearme y subirse a mi hombro como si nada.
No tengo idea de por qué hace berrinche el gatito, si tiene comida, agua, su caja de arena, atención 24/7... El muy desgraciado me muerde haciendo ojos de odio para luego salir vuelto madre a fregar al hurón o subirse a los sillones.
Pffff....
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